Cada 23 de mayo en diversos países como México se celebra el Día del Estudiante, una fecha que, más allá de los memes, los festivales escolares o los descuentos en papelerías, tiene un trasfondo profundamente político y social. Su origen no es anecdótico ni decorativo: es resultado de una lucha estudiantil por la libertad de expresión y la autonomía universitaria.

La historia se remonta a 1929, cuando los alumnos de la Universidad Nacional (hoy UNAM) iniciaron un movimiento en defensa de la autonomía universitaria. Exigían un modelo educativo más flexible, menos centralizado y represivo. La chispa se encendió el 23 de mayo, cuando una brutal represión policial en la Escuela de Derecho generó indignación nacional. Fue tal el impacto que poco después, el gobierno mexicano reconoció la autonomía universitaria, marcando un hito en la historia educativa del país. Desde entonces, el 23 de mayo se recuerda como un símbolo de resistencia, de voz colectiva y de transformación desde las aulas.

Pero... ¿qué celebramos hoy, casi un siglo después? ¿La memoria de aquel logro o la posibilidad de nuevas transformaciones?

Ser estudiante en el siglo XXI es más que ocupar un pupitre o iniciar sesión en una plataforma virtual. Es habitar un mundo incierto, hiperconectado, saturado de información, pero no siempre de sentido. Es navegar entre algoritmos, expectativas sociales, crisis económicas y existenciales. Y, aun así, cada generación de estudiantes sigue haciendo preguntas, desafiando lo establecido, proponiendo nuevas formas de estar en el mundo.

El Día del Estudiante no debería ser solo un festejo superficial. Es una oportunidad para preguntarnos:

– ¿Qué significa hoy ser estudiante?

– ¿Qué tipo de educación estamos construyendo?

– ¿Estamos formando ciudadanos críticos o sólo usuarios del sistema?

Celebrar este día es también honrar la valentía de cuestionar, la dignidad de aprender y el derecho de imaginar un futuro distinto. Porque si algo nos recuerda el origen de esta fecha, es que el pensamiento libre incomoda, pero también transforma.